lunes, 18 de abril de 2011

¿Qué hacer si falla el esfuerzo?........

Como maestros podemos inculcar muchos valores a nuestros alumnos, SOLIDARIDAD, AMISTAD, IGUALDAD, RESPETO, etc, pero hay uno de ellos que en los últimos años se nos resiste de manera especial el ESFUERZO.

Nos encontramos ante nuestra asignatura pendiente, ante nuestro mayor reto. Parece exagerado lo que digo, pero nos podemos plantear los mejores métodos didácticos y metodológicos que ante la ausencia del Esfuerzo nos van a servir poco.

Nuestras nuevas generaciones carecen de este valor, o al menos, en los aspectos académicos, ya que se denota en el día a día, la poca importancia que tiene para ellos el esfuerzo por mejorar, por traer los deberes hechos, por estudiar día a día.

Quizá esto ocurre porque lo consiguen todo y de manera muy rápida, y en el aprendizaje, se consiguen los conocimientos a través del proceso y dependiendo del ritmo de madurez de cada uno.

Lo que está claro es que la Escuela de hoy en día tiene que poner en marcha las estrategias necesarias para fomentar, para inculcar este gran valor.

Os dejo con dos historias, la primera un cuento sobre el esfuerzo y la perseverancia y la segunda un vídeo sobre un ejemplo de superación y esfuerzo.

Había una vez un joven a quien gustaban tanto las marionetas que se convirtió en aprendiz de artesano. Pero era muy torpe, y sumaestro y compañeros constantemente le decían que no tenía habilidad para ello y nunca llegaría a nada.

Sin embargo, tanto le gustaba que trabajaba día tras día por mejorar. Y aún así, siempre encontraban fallos en sus muñecos, hasta que terminaron echándole de la escuela. Entonces, decidido a no rendirse, aquel joven dedicó desde aquel día todo su empeño a hacer un muñeco, sólo uno. Siempre hacía la misma marioneta, y en cuanto detectaba un fallo, la abandonaba y volvía a empezar desde cero.

Pasaron los años, y con cada nuevo intento su muñeco era un poco mejor. Y aunque su marioneta era mucho más bella que cualquiera de las que hacían sus antiguos compañeros, no dejaba de intentar que fuera perfecta. Así, el hombre no ganaba dinero y como era muy pobre muchos se reían de él.

Cuando aquel pobre artesano llegó a viejecito, su marioneta era realmente maravillosa. Tanto, que finalmente un día, tras mucho trabajo, terminó el muñeco y dijo: “No encuentro ningún defecto, esta vez ya es perfecto”, y por primera vez en todos aquellos años, en lugar de abandonar el muñeco, lo colocó en un estante, verdaderamente satisfecho y feliz.

Lo demás ya es historia. Aquel muñeco perfecto llegó a cobrar vida, vivió mil aventuras y dio a aquel viejecito, llamado Gepetto, más alegrías de las que ningún otro artesano famoso consiguió con ninguna de sus marionetas.





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4 comentarios:

Ana Belén dijo...

Genial entrada! mil gracias! me ha venido bien leerte.
A veces, nos excusamos diciéndonos a nosotr@s mism@s que no servimos para hacer alguna cosa o le echamos la culpa a los maestros, etc. pero en verdad, somos muchos más capaces de lo que nos podemos imaginar...

Me voy a aplicar el cuento ;)

El video ya lo conocía y he de decir que admiro a este hombre y a todas las personas que tienen el coraje de superarse a ellas mismas.

Recibe un cordial saludo y gracias de nuevo :)

Anónimo dijo...

REFLEXIONES.

"de lo concreto a lo abstacto".

"de la enseñanza en la escuela al apredizaje social"

El esfuerzo en nuestros alumnnos puede fallar temporalmente de forma muy relativa, pero después deben de volverlo a recuperar.

Lo que no podemos dejar fuera de juego en la escuela son nuestros valores sociales.
Pero, ¿Y si no se administran bien?.

Con el cambio social del siglo XXI, el poder del entorno es el máximo indicador que hará que nuestros alumnos sean peores o mejores personas.

Evidentemente, primero tienen que aprender a compartir y relacionarse adecuadamente con el entorno que les ha tocado vivir.

Si, después son genuinos, son ellos mismos, actúan con naturalidad, en una sociedad donde predomina la falsedad por encima del resto de los valores;
el aprendizaje de las matemáticas, de las lenguas,... todo ello vendrá dado por añadidura.
¿Y si no lo consiguen?

No queramos matar un pequeño ruiseñor porque veamos que a corto plazo no ha obtenido los resultados que los maestros deseamos. Quizás a alguno de nosotros de niños también nos pasó.

Porque en algún momento de nuestra profesión, nos emocionen aún verles como aprenden.
¿pero, es suficiente esto?

Porque posiblemente en un futuro nos gratifique a todos nosotros el pensar que en ese niño o niña, a pesar de todo, había algo muy bueno en él; y que hemos aprendido al fin y al cabo que tenía un valor que muchos de nosotros cuando eramos niños y aún de adultos seguimos ignorando: creer en los pequeños cambios para vivir mejor.

Si el esfuerzo falla a la hora de aprender las matemáticas o las lenguas, y los valores sociales se han perdido, la otra posibilidad que nos queda para hacer mejores personas es que
tarde o temprano, tendremos que introducir la asignatura del desaprendizaje como disciplina. escolar.

¿Realidad o ciencia?

Quizas, todos deberíamos de nuevo permanecer una larga temporada en el interior de la caverna, sin ver la luz, ignorando lo que sucede en el exterior.

Introducir esa nueva asignatura, es una nueva ciencia, la de hacer mejores personas.

Quedarnos una temporada en la caverna sin ver la luz, es una realidad, la de cambiar el entorno, y transformar en definitiva la sociedad entera.

Demasiado complejo todo esto. Yo pienso que la gran mayoría prefiere vivir y quedarse como está.

Muy pocos admiten que se han equivocado en algo, y además a lo largo de la historia se ha aprendido muy poco de los errores del pasado.
¿ante esto, que podemos hacer?.

Como dijo un científico ya desaparecido:
"no es cierto que estemos caminando hacia un mundo mejor. Probablemente, para ello habría que cambiar el mundo".

Anónimo dijo...

REFLEXION FINAL.

Es cierto, en realidad depende de todos que nos esforcemos, dentro y fuera de la escuela, (discipulos, educadores y padres) si queremos mejorar y ser en la medida de lo posible más perfectos como el muñeco de aquel viejecito llamado Gepetto.

Fumarse un cigarrilo, tomarse una copa, pasear, o escribir unas líneas en una hoja de forma espontánea al anochecer deberían servirnos a TODOS como excusas -unas más que otras- para pensar cómo ha ido el día, e igual que la historia del muñeco volver a empezar al día siguiente en aquel matiz anterior (aunque te resulte insignificante) donde detectaste algún fallo.

Anónimo dijo...

AL HILO DE...

ESFUERZO VERSUS SACRIFICIO

Si a una paloma se le da a elegir entre una recompensa ahora o una mucho más mejor más tarde, lo tiene claro: no aguanta y elige la inmediata.

Con los humanos la cosa no cambia.

Imaginen que a unos niños de entre tres y siete años les situamos en una habitación delante de una galleta y les decimos: “Podeis comeros una galleta ahora o muchas más cuando vuelva”. Y, claro no les decimos cuándo regresaremos.

Por supuesto, tomarán la galleta antes de que volvamos, pero ¿Cuánto tiempo tardarán cada uno de los niños?.

Unos más que otros, dependerá mucho de la edad, porque al pasar de tres años y medio a cinco suceden cambios radicales: los niños y niñas empiezan a ser capaces de contemplar el futuro.

Elegir entre el café con leche o cortado es trivial. El problema, lo difícil, es elegir el momento adecuado.

¿Cómo sacrificarse ahora para conseguir algo mejor cuando llegue el futuro?

Éste es un problema de COMPROMISO y requiere PRUDENCIA.

LA CAPACIDAD DE HACER UN SACRIFICIO AHORA EN ARAS DE UN BENEFICIO MÁS ADELANTE.

El concepto capital aquí es prudencia, invertir en prudencia; algo que, al parecer, hacemos cada vez menos y peor.

La abundancia y los nuevos valores afectan a los bienes y valores preexistentes.

Es decir, la abundancia cambia el modo en el que escogemos, y lo hace hasta el punto del que no éramos conscientes porque son procesos extremadamente graduales.

Fumar es un ejemplo. El precio que hay que pagar por fumar solo se descubrió tras un largo periodo de tiempo. Hicieron falta cincuenta años para sacar las conclusiones de que fumar mata. Primero, lo descubrieron los científicos. Al cabo de otros diez años, los gobiernos decidieron poner una etiqueta en los paquetes de cigarrillos. Diez años después eliminaron la publicidad de la televisión. Diez años más tarde, la clase media deja de fumar. Otros diez años y ya no se permite fumar en la oficinas.

Podemos ejercer el poder sin miramientos. Tal vez porque somos conscientes de ello, nos preocupa mucho el efecto que las escenas violentas reproducidas en los medios de comunicación puede tener sobre la juventud.

Cuanto más popular se hace un medio de comunicación, más se incrementa el miedo al impacto que las escenas violentas tienen en el comportamiento de los jóvenes.

Al acabar el instituto cada chico habrá pasado unas veinte mil horas viendo la televisión, frente a unas catorce mil consumidas en aprendizaje en clase.

Qué es realmente mejor, ¿predecir el mañana o angustiarse por el futuro?

ES MUCHO MÁS PROBABLE MORIR DE UNA EMFERMEDAD DEL CORAZÓN O DE UN CANCER QUE DE UN ATAQUE TERRORISTA. PERO LA GENTE COME, BEBE, Y FUMA DESPREOCUPADAMENTE Y TEME SER VÍCTIMA DEL TERRORISMO.

La clásica ilusión óptica de la mujer jóven y la vieja ilustra el inicio de estas dificultades para entender el mundo.

Respondiendo a la pregunta clave, "¿Que hacer si falla el esfuerzo? ...

Sí, preguntamos a una persona involucrada en un accidente de coche a qué velocidad iba el vehículo contrario tras el IMPACTO, seguro que responde que ésta era mayor, que si le preguntamos a qué velocidad iba el vehículo contrario tras el choque, en este caso responderá que era menor.

"Si se predispone a la gente para que vea en la imagen a la mujer joven primero, la verán primero. Mientras que si se les predispone para que vean a la mujer mayor primero, verán a la anciana".

Solo hay que desaprender lo aprendido, y ello requiere cuestionar las convicciones heredadas.